En medio de la fuerte volatilidad a nivel internacional por los temores desatados por la Guerra Comercial entre Estados Unidos y China, el tipo de cambio argentino finalizó la semana más tranquila desde inicios del 2019.

En aquel entonces, la divisa perforaba el piso de la banda cambiaria y se mantenía en torno a los $38 durante todo enero. El resto de la historia es conocida. A partir de febrero, la cotización del billete no paró de incrementarse hasta alcanzar un pico de $46,90 el pasado 26 de abril.

Pero desde el comienzo de mayo se logró una relativa estabilidad que se asentó esta segunda semana del mes, desacoplando al peso de los fuertes movimientos que registraron la mayoría de las monedas emergentes.

"Las devaluaciones del resto de las monedas frente al dólar norteamericano no tuvieron impacto significativo en el plano local debido a la importante tutela oficial con ventas en los mercados de futuros", subrayó el analista cambiario Gustavo Quintana.

En Brasil, por ejemplo, el salto cambiario totalizó el 4,84% en los últimos siete días, mientras que en Argentina fue de solamente el 0,3%. Un movimiento de tan solo dieciséis centavos al pasar de $46,04 el viernes pasado a los $46,20 que marcó el promedio de las pizarras minoristas de esta fecha.

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En el mercado vinculan este fenómeno al efecto disuasorio de la autorización del FMI a vender reservas, aun cuando en la primera quincena de mayo el Banco Central no necesitó intervenir directamente.

Si lo hizo en el mercado de futuros y mediante las subastas diarias de 60 millones de dólares del Tesoro, con sus consecuentes efectos. "Después del 2018 que tuvimos y estos últimos meses, es para celebrar esta inusual tranquilidad. Sin embargo, no hay que olvidarse que se da con tasas del 70%, venta de futuros y más de 10.000 millones de dólares de pérdida de reservas en pocas semanas", puntualizó el analista financiero Christian Buteler.

Al mismo tiempo, la mayoría coincide en que la incertidumbre política terminará primando y más temprano que tarde volveremos a experimentar jornadas de gran volatilidad. "Las elecciones se acercan y eso va a terminar pesando. En cualquier momento puede haber movimientos álgidos y van a querer testear a Sandleris para ver cómo opera", agregó Buteler.